Recordemos que el yoga no es sólo un estado, es decir, una meta final; implica igualmente un camino, la forma de vida que se da en el proceso.
Empezamos a comprender realmente lo que es el Yoga, el día que aprendemos a ver las posturas como herramientas a través de las que exploramos y abrimos restricciones, despertamos nuestra sensibilidad.
Las asanas desempeñan su función en el proceso de practicarlas, no sólo en su forma final.
En este proceso conocernos nuestras actitudes, nuestras ambiciones, algunos de nuestro miedos y nuestra impulsividad. De estas observaciones surge nuestra transformación.
Cuando no tenemos la mente enfocada, los movimientos se convierten en ejercicios mecánicos que llevan al cuerpo a un lugar mientras dejan a la mente en otro, provocando así una fragmentación de nuestro estado de unidad.
Hatha es traducido como balance del estado lunar y del lado solar del cuerpo, o el yoga de la fuerza.
*Cortesía de Lunanda Yoga.
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